Comentario
La economía del Israel antiguo se hallaba muy poco desarrollada hasta los primeros tiempos de la monarquía. Las principales actividades económicas eran la agricultura y la ganadería, quedando para el comercio un papel secundario.
Cuando los israelitas llegaron a la Tierra Prometida se produjo el reparto de la tierra disponible. En primer lugar se sorteó entre las tribus, distribuyéndose posteriormente por clanes y familias. La tierra era la principal fuente de riqueza familiar, pues procuraba los productos para su sostén. Además, en ella pastaba el ganado y bajo su suelo se enterraban a los difuntos.
La costumbre de que fuera el hijo mayor el heredero de los bienes familiares tuvo dos consecuencias fundamentales. Por un lado, evitó que los patrimonios se disgregaran; por otro, produjo un creciente numero de pobres e incrementó las diferencias sociales y económicas. En este sentido son notorias las intervenciones de los profetas contra los abusos del rico sobre el pobre, sobre el huérfano y la viuda.
Si bien agricultura y ganadería fueron las actividades israelitas predominantes, desde la época de David y Salomón se produjo un desarrollo de actividades como el artesanado y el comercio. El tratado celebrado con el rey Hiram de Tiro facultó a Israel para beneficiarse de su posición geográfica en la parte sur del reino, sacando partido de las rutas que unen el mar Rojo con el Mediterráneo a través del puerto de Esión-Geber. También aquí fueron explotadas las refinerías de cobre, transportado desde las minas de Ararah. Otra característica de este periodo es que se recurrió, pese a las prohibiciones expresas sobre ello, al préstamo con interés, si bien se restringió a los extranjeros, no a los israelitas.